Existen vientos en
cualquier lugar del planeta, pero su acción modeladora solo se deja notar allí
donde abundan materiales de grano fino (arena, limo y arcilla) y apenas crece
vegetación que cohesione o retenga dichos materiales. Los desiertos son las
áreas que mejor cumplen estos requisitos; por eso, el relieve de origen eólico
también se conoce como modelado desértico.
La acción erosiva del viento se
puede producir de 2 maneras:
DEFLACIÓN: El viento levanta las partículas sueltas más pequeñas,
dejando las mayores en el suelo. La forma de paisaje resultante es el reg o desierto de
piedra.
CORROSIÓN: También llamada corrosión eólica, es un tipo de abrasión en la que
las partículas transportadas por el viento actúan como pequeños proyectiles y
desgastan la superficie de las rocas con las que choquen.
A medida que el viento
pierde intensidad, los materiales que transporta se van depositando según su tamaño, primero las más pesadas, luego
las más ligeras:
Las partículas más finas (limos y arcillas) pueden ser arrastradas cientos de kilómetros y su sedimento constituye el loess.
Las partículas de
arena dan lugar a arenales y a los desiertos de arena (erg). En estos depósitos son típicas las dunas.
¿Quieres conocer los tipos de dunas que nos podemos encontrar?...¡Mira!
Barjanes. Se suelen dar en campos de
Barjanes. Arena escasa para dar lugar a esta forma y viento dominante en una
dirección constante.
Dunas transversales. Dunas que se
forman cuando hay mucha arena disponible.
Dunas longitudinales. Se cree que
vienen de campos de barjanes anteriores que evolucionan por ser asimétricos y
cambia la dirección del viento.
Dunas en estrella. Se forman cuando
la dirección del viento es variable.
Cordón de dunas (dunas
parabólicas). Se dan en zonas desérticas o no desérticas. Solo se dan cuando la
duna se sitúa tras una zona deprimida (corrales) que son depresiones de
deflación.
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